Voy a comenzar este blog con una de las experiencias que he vivido en Zambia, una boda entre una pareja de Livigstone.
Esta boda se realizó en una carpa, aproximadamente unos 200 invitados. La ceremonia comenzó con ritmo, los familiares directos más jóvenes de la pareja entraron a la carpa bailando con música típica zambiana. Luego fue el turno de los amigos, que tras unos minutos bailando, acompañaron primero al novio y después a la novia (también bailando como no)
Entre medias, los más peques de la fiesta también disfrutaban con el baile.
Se podría resumir esta boda con dos palabras, baile y oración. Hubo varios momentos dedicados al rezo.
¡Hasta Michael Jackson se animó a echarse unos bailes en la boda!
Entre baile y baile, los padres de los novios también tuvieron su momento para dar el discurso, cuyo contenido era mayoritariamente de carácter religioso.
¡Llegó la hora de los regalos! Me llamó la atención una alfombra puesta en el suelo, en la que los invitados iban pasando y dejando dinero para la pareja. También les regalaron una colchón y un juego de edredón y sábanas.
Y entre baile y más baile la boda fue llegando a su final. Una experiencia muy bonita que me permitió sumergirme en la cultura zambiana.
Cabe mencionar que no había ni una gota de alcohol, cosa impensable en nuestro país.